Quedan pocas horas para que termine el año y repasando lo que ha dado de si me he dado cuenta que este ha sido un año de promesas:
Lo empecé prometiendome a mi mismo que iba salir del ostracismo y a aportar mi granito de arena por cambiar las cosas, leer un libro cada mes, meterme caña con el inglés, aprender un lenguaje nuevo, seguir disfrutando de mi familia, como siempre pasa con estas cosas, algunas las he cumplido y otras no…
No he cumplido mi promesa de leer más, pero eso si he leído cosas que han impactado bastante. En concreto Doing Good Better: Effective Altruism and a Radical New Way to Make a Difference de William MacAskill me dió algun enfoque nuevo y herramientas que he ido utilizando a la hora de tomar decisiones altruistas, como por ejemplo mis aportaciones a ONGs, que las he concentrado en dos solamente: Proactiva Open Arms y Aldeas Infantiles.
Organizando un par de Open Space para profes en la Remolacha Hacklab que creo que han conseguido cambiar el chip a mas de un@.
Mentorizando a una ponente y dando un taller con Pixel&Picel he puesto mi granito de arena para que el Women Tech Makers de Zaragoza fuera una realidad.
Incluso he dado una charla en el centro de día de Aldeas Infantiles sobre ciudadania digital (la verdad es que fué una experiencia muy chula que seguro que repetiré)
Tampoco he cumplido mi promesa de aprender un lenguaje, pero tuve la suerte de ir al curso de Angular de Guillermo Almazor y Luis Artola donde me aprendí JS del bueno. También he aprendido bastante en temas relacionados con el mundillo maker: he construido mi impresora 3D, varios robots, minidrones fpv, he aprendido a cultivar setas… vamos que me lo he pasado pipa :)
Este año ha sido el primero en muchos que no he ido al AOS, pero por una buena razón: ha sido mi primer Pamplona Software Craftsmanship, un evento que me cargó las pilas y al que seguro vuelvo la siguiente edición.
En Agosto cumplí una promesa que les había hecho a mis zagales hace años e hice mi promesa Scout (quién me lo iba a decir). Me gustó dedicarme tiempo para mi, para poder verbalizar mi proyecto de vida y me gustó el poder decirlo en voz alta delante de amigos, en medio de la montaña.
En verano también verbalicé otra promesa: que si las cosas no mejoraban y no conseguíamos nuestros objetivos a finales de 2017 dejaría la aventura de Spines. Me costó mucho cumplir esta promesa, pero el universo se puso de mi lado y me dio el empujón en el momento adecuado.
No me gustaría terminar sin agradecer a Pablo, Rafa, Adriano, Rodrigo, Enrique y Paquete estos años en los que he trabajado y he aprendido como nunca, os deseo la mejor de las suertes.
Empiezo 2018 con ilusiones renovadas y nuevo trabajo (ahora soy un Frogtek)… este año no necesito hacerme promesas, que sé que va a ser un gran año (como todos de una u otra forma)